FELIZ DIA DE LOS MUSICOS



Hoy es un día especial ya que celebramos la festividad de Santa Cecilia, patrona de los músicos y de todos aquellos que en cierta forma nos dedicamos a ello, cantantes, compositores, musicos en general.
Creo más que justificada la entrada de hoy primero con un repaso Histórico acerca de esta mujer que se convirtió en nuestra patrona por un error de traducción, siglos después de su fallecimiento, y traerles  a una figura de la música actual. Un músico joven y potente , con talento y frescura.

Cecilia de Roma, conocida como santa Cecilia (en latín, sancta Caecilia), según el Martyrologium hieronymianum, fue una noble romana, convertida al cristianismo y martirizada por su fe en una fecha no fácil de determinar, entre los años 180 y 230.
Los católicos, que incluyen su nombre en la plegaria eucarística I de la misa, y los ortodoxos conmemoran su muerte el 22 de noviembre.
En la Iglesia católica, es patrona de la música, de los poetas, de los ciegos(junto con santa Lucía de Siracusa), del municipio de Alfafara (Comunidad Valenciana, España), y de las ciudades de Albi (Francia), Ómaha (Estados Unidos) y Mar del Plata (Argentina), entre otras.
Sus atributos son el órgano, el laúd y las rosas.
En honor a ella, un importante movimiento de renovación de la música sacra católica de finales del siglo XIX recibió el nombre de cecilianismo.
La referencia histórica más antigua sobre Cecilia se encuentra el Martyrologium hieronymianum, lo que indica que en el siglo IV la Iglesia romana ya la conmemoraba. En este martirologio el autor menciona su nombre el 11 de agosto, que es la fiesta del mártir Tiburcio.
Pero evidentemente se trata una adición equivocada y tardía, debido al hecho de que este Tiburcio, que fue enterrado en la vía Labicana, fue identificado erróneamente con Tiburcio, el cuñado de Cecilia mencionado en las Actas de santa Cecilia (ver más adelante).
En el mismo martirologio se la menciona el 16 de septiembre, con una nota topográfica: «Appiâ viâ in eâdem urbe Româ natale et passio sánctæ Cecíliæ virginia» ("en la vía Apia de la ciudad de Roma, nació y murió santa Cecilia virgen"). El 16 de septiembre podría ser el día del entierro de la mártir. La fiesta de la mártir que se menciona el 22 de noviembre, en cuyo día se celebra todavía, fue preservada en el templo dedicada a ella del barrio romano del Trastévere. Por consiguiente, su origen probablemente se remonta a esta iglesia.
Las primeras guías medievales de los sepulcros de los mártires romanos señalan su tumba en la vía Apia, al lado de la cripta de los obispos romanos del siglo III.1
De Rossi localizó el sepulcro de Cecilia en las catacumbas de Calixto, en una cripta adjunta a la capilla de la cripta de las papas; un nicho vacío en una de las paredes que probablemente contenía un sarcófago. Entre los frescos posteriores que adornan la pared del sepulcro, aparece dos veces la figura de una mujer ricamente vestida, y aparece una vez el papaUrbano I (quien ―según las Actas de santa Cecilia― había tenido una estrecha relación con la mártir).
Venancio Fortunato, obispo de Poitiers muerto en el año 600, en su libro Miscellánea (1.20 y 8.6) escribió que entre los años 176 y 180 (en la época del emperador Marco Aurelio) había muerto una Cecilia en la isla de Sicilia. Ado de Viena, en su Martirologio del año 858, incluye a Cecilia de Roma para el día «22 de noviembre» y sitúa el momento de su muerte en el reinado de Marco Aurelio y Cómodo (aproximadamente hacia el año 177). De Rossi (en Sotterránea de Roma, 2.147) sugiere que la declaración de Venancio Fortunato es la más segura históricamente.
En otras fuentes occidentales de la baja Edad Media y en el Synaxaria griego, el martirio se sitúa en la persecución de Diocleciano (aunque se refiere probablemente a una mártir verdadera llamada Cecilia, africana, quien sufrió la persecución de este emperador, y su día se conmemora el 11 de febrero). P. A. Kirsch intentó fijar la fecha en el tiempo del emperadorAlejandro Severo (229-230); Aubé, en la persecución de Decio (249-250); y Kellner, en la de Juliano el Apóstata (362).
Ninguna de estas opiniones está suficientemente establecida, ya que las Actas de santa Cecilia (única fuente disponible) no ofrecen ninguna evidencia cronológica. La única indicación temporal segura es la localización de la tumba en la catacumba de Calixto, en inmediata proximidad a la antiquísima cripta de los papas, en la que fueron enterrados los papas Ponciano yAntero, y probablemente también Urbano I.
La parte más antigua de esta catacumba fecha todos estos eventos al final del siglo II; por consiguiente, desde ese momento hasta la mitad del siglo IV es el período dejado abierto para el martirio de Cecilia: 180 a 350.
En las firmas del Concilio de Roma de 499 se menciona al templo de Cecilia como títulus sánctæ Cæcíliæ.
Hacia el año 480 aparecieron unas Actas de santa Cecilia anónimas, en latín.3
Fueron utilizadas en los prefacios de las misas del Sacramentarium leonianum. Según este texto, Cecilia había sido una virgen de una familia senatorial romana de los Metelos, que se había convertido al cristianismo desde su infancia. Sus padres la dieron en matrimonio a un noble joven pagano, Valerius («Valeriano»). Cuando, tras la celebración del matrimonio, la pareja se había retirado a la cámara nupcial, Cecilia dijo a Valeriano que ella había entregado su virginidad a Dios y que un ángelcelosamente guardaba su cuerpo; por consiguiente, Valeriano debía tener el cuidado de no violar su virginidad. Valeriano pidió ver al ángel, después de lo cual Cecilia lo envió junto a la tercera piedra miliaria de la vía Apia, donde debía encontrarse con el papa Urbano I (f. 230).
El diálogo, según la tradición, transcurrió asi
Cecilia: Tengo que comunicarte un secreto. Has de saber que un ángel del Señor vela por mí. Si me tocas como si fuera yo tu esposa, el ángel se enfurecerá y tú sufrirás las consecuencias; en cambio, si me respetas, el ángel te amará como me ama a mí.
Valeriano: Muéstramelo. Si es realmente un ángel de Dios, haré lo que me pides.
Cecilia: Si crees en el Dios vivo y verdadero y recibes el agua del bautismo, verás al ángel.
Valeriano obedeció y fue al encuentro de Urbano, el papa lo bautizó y Valeriano regresó como cristiano ante Cecilia. Entonces se apareció un ángel a los dos y los coronó como esposos con rosas y azucenas. Cuando Tiburcio, el hermano de Valeriano, se acercó a ellos, también fue convertido al cristianismo y a partir de entonces vivió con ellos en la misma casa, en completa pureza.
El prefecto Turcio Almaquio condenó a ambos hermanos a la muerte. El funcionario del prefecto, Máximo, fue designado para ejecutar la sentencia. Pero se convirtió al cristianismo y sufrió el martirio con los dos hermanos. Cecilia enterró sus restos en una tumba cristiana. Luego la propia Cecilia fue buscada por los funcionarios del prefecto. Fue condenada a morir ahogada en el baño de su propia casa. Como sobrevivió, la pusieron en un recipiente con agua hirviendo, pero también permaneció ilesa en el ardiente cuarto. Por eso el prefecto decidió que la decapitaran allí mismo. El ejecutor dejó caer su espada tres veces pero no pudo separar la cabeza del tronco. Huyó, dejando a la virgen bañada en su propia sangre. Cecilia vivió tres días más, dio limosnas a los pobres y dispuso que después de su muerte su casa debía dedicarse como templo. El papa Urbano I la enterró en la catacumba del papa Calixto I (155-222), donde se sepultaban los obispos y los confesores.
La Enciclopedia Católica señala que el relato en sí no tiene valor histórico; es un romance pío, como tantos otros recopilados en los siglos V y VI. En cambio, la existencia de los tres mártires mencionados es un hecho histórico. La relación entre Cecilia y Valeriano, Tiburcio y Máximo, mencionados en las Actas, tienen quizá algún fundamento histórico.
La Enciclopedia Católica señala que estos tres santos fueron enterrados en las catacumbas de Pretextato en la Vía Appia, y sus tumbas se mencionan en el antiguoItineraria peregrino. En el Martyrologium Hieronymianum su fiesta está fijada el 14 de abril con el comentario: "Romae vía Appia in cimiterio Prætextati"; y la octava el 21 de abril, con el comentario: "Roma in cimiterio Calesti vía Appia". En opinión de Duchesne la octava era celebrada en la catacumba de Calixto, porque Santa Cecilia fue enterrada allí. Por consiguiente, si esta segunda anotación en el martirologio es más antigua que las Actas mencionadas y el último no cita esta segunda fiesta, se deduce que, antes de que las Actas fueran redactadas, este grupo de santos se relacionó en Roma con Santa Cecilia. Se desconoce el tiempo en que Cecilia sufrió el martirio
Según el hagiógrafo Hippolyte Delehaye, Cecilia de Roma sería «el personaje más enmarañado en la hagiografía romana».4
No se la menciona en ninguna de las listas de santos de la época, hasta la aparición de las Actas de santa Cecilia (aprox. en el 480). La basílica actual (Santa Cecilia in Trastévere) se encuentra en un sitio que a fines del siglo V era una casa doméstica, y es posible que una mujer piadosa donara su casa para que se convirtiera en una iglesia. La bella iglesia actual se encuentra cerca del puerto Ripa Grande sobre elrío Tíber, donde estaba situado el gueto.
Existe una explicación posible: cerca del sitio de la iglesia Santa Cecilia en Trastévere se encuentra el templo de la Bona Dea Restituta. Esta ‘buena diosa de la restitución [de la salud]’ era la diosa romana que curaba la ceguera. Y la palabra latina correspondiente a la ceguera escæcitas (/chechitás/ o /kekitás/), muy parecido a Cæcilia (/chechília/ o /kekília/).
La reputación artística de Cecilia fue, probablemente, el resultado de una mala traducción de las Actas de santa Cecilia.
Venit díes in quo thálamus collacatus est, et, canéntibus [cantántibus] órganis, il•la [Cecilia virgo] in corde suo soli Domino decantábat [dicens]: Fiat Dómine cor meum et corpus meus inmaculatum et non confundar.
Vino el día en que el matrimonio se celebró, y, mientras sonaban los instrumentos musicales, ella (la virgen Cecilia) en su corazón a su único Señor cantaba [diciendo]: Haz, Señor, mi corazón y mi cuerpo inmaculados y no sea yo defraudada <que es unaparáfrasis del salmo LXX: In te Dómine speravi; non confundar in aeternum>.
La palabra latina órganis es el plural de órganum, que significa ‘instrumento musical’ se tradujo como ‘órgano’. Entonces la frase ‘mientras sonaban los instrumentos musicales, ella le decía al Señor’ se volvió ‘ella cantaba y se acompañaba con un órgano’. Y así Cecilia se volvió patrona de la música, y a partir del siglo XV (en el ámbito del gótico cortés) se empezó a pintar a la santa cargando un pequeño órgano portátil, y otros instrumentos (un clavicémbalo, un laúd, etc.)
En realidad los códices más antiguos no dicen canéntibus órganis (canéntibus como sinónimo de cantántibus), sinocandéntibus órganis, Caecilia virgo.... Los «órganos» no serían ‘instrumentos musicales’, sino ‘instrumentos de tortura’, y laantífona describiría que Cecilia, ‘entre las herramientas candentes, cantaba a su único Señor en su corazón’. La antífona no se referiría al banquete nupcial, sino más bien al momento del martirio
Pasaron más de mil años para que Cecilia fuera proclamada patrona de la música. En el año 1594 el papa Gregorio XIII la canonizó y le dio oficialmente el nombramiento, por «haber demostrado una atracción irresistible hacia los acordes melodiosos de los instrumentos. Su espíritu sensible y apasionado por este arte convirtió así su nombre en símbolo de la música».
A través de los siglos, la figura de Cecilia permaneció venerada por la Humanidad con ese padrinazgo. El 22 de noviembre, señalado por la tradición como el «día de su muerte» (o «día de su nacimiento», significando «para la eternidad»), fue adoptado en muchos países como el «Día de la Música».
Desde el siglo XVII en Francia, Italia y Alemania se celebraba su día con festivales musicales. En 1683, la Sociedad Musical de Londres estableció los festivales anuales del «Día de Santa Cecilia», donde hasta hoy participan los más grandes compositores y poetas británicos.
Es un poco incierto el motivo por el que Cecilia terminó siendo la patrona de la música. (Véase, más arriba, lo referente a un error en la traducción de las Actas). Narran las Actas de su martirio cómo fue condenada a morir asfixiada en humo, y en vez de ello, a pesar de haber pasado más de un día en semejantes condiciones, comenzó a parafrasear, cantando, el salmo LXX: Que mi corazón y mi carne permanezcan puros, oh Señor, y que no me vea defraudada en tu presencia. La práctica musical en sí misma se estaba convirtiendo en la quinta esencia de la virtud, y tenía como meta el virtuosismo. Algunas pinturas, como las de Artemisia Gentileschi y Bernardo Strozzi, muestran la conexión entre la ejecución virtuosa, la imagen cada vez más fuerte del artista, y una cultura que en el curso del siglo XVI se vuelve cada vez más extravertida
Actualmente es universal el estatus icónico de Santa Cecilia como patrona de la música, aunque al principio se la relacionaba solamente con Roma, donde se construyó su antiquísima basílica en el siglo V. El renacimiento de su culto en elsiglo XVII generó un renovado interés por parte de poetas, músicos y pintores (muchos de ellos en la órbita romana).
Su narración se basa en la Leyenda dorada (del siglo XIII) y en escenas de su vida pintadas a principios del siglo XIV. No son muy conocidas las conexiones entre santa Cecilia y Florencia, donde una nueva academia musical la adoptó como patrona en 1607. Bajo el reinado de los Médici, Florencia estaba dominada por santos; pero con el renovado interés en el culto de Cecilia, su imagen empezó a proliferar entre los artistas florentinos (tales como Artemisia Gentileschi y Carlo Dolci) por el patronazgo de algunos de los mecenas Médici (Cosme II de Médici y su esposa la gran duquesa María Magdalena de Austria, y Vittoria della Rovere). Además, existió una relación especial entre santa Cecilia y la joven cantante florentina Arcángela Paladini (f. 1622), quien puede haber sido la modelo para una de las pinturas de Artemisia Gentileschi de la virgen mártir.
Es notable la transformación de Cecilia desde una virgen en éxtasis (establecida especialmente por la obra de Rafael en 1515) hasta la figura alegórica que crearon los artistas del siglo XVII como una musa inspiradora, la personificación misma de la música
Alrededor del año 821, el papa Pascual I (817-824) hizo demoler la humilde iglesia situada en el barrio del Trastévere de Roma y la reconstruyó con gran esplendor. Basándose en las Actas de santa Cecilia, el papa hizo investigar las catacumbas de Calixto para recuperar sus reliquias. Sin embargo, definitivamente no había restos reconocibles, por lo que Pascual creyó que los lombardos las habían robado en su invasión de Roma.
Sin embargo, para instalar el templo necesitaba reliquias, por lo que declaró que Cecilia se le había aparecido y le había exhortado acontinuar su búsqueda en otras catacumbas, porque él ya había estado junto a ella (es decir, cerca de su tumba). Por consiguiente, volvió a buscar en la catacumba de Pretextato, y encontró unos restos cubiertos con costosos ropajes de brocados de oro y con las ropas empapadas en su sangre a sus pies. El papa declaró que esas eran las reliquias de Cecilia. Esto contradecía el texto que señalaba que ella había sido enterrada en la catacumba de Calixto, pero el papa opinó que seguramente los restos habían sido trasladados a la catacumba de Pretextato para salvarlos de los primeros saqueos de los lombardos.
El papa Pascual encontró otros restos en los nichos cercanos, los trasladó junto con los de santa Cecilia y declaró que eran los de Valeriano, Tiburcio y Máximo, y también los de los papas Urbano y Lucio I. Puso todos esos restos bajo el altar mayor de la iglesia de Santa Cecilia en el Trastévere.
El martirio de Santa Cecilia,
de Stéfano Maderno (1576-1636),
en la Basílica de Santa Cecilia, en Roma.
En 1599 (780 años después), el cardenal Paolo Emilio Sfondrato, en ocasión del inminente jubileo del año 1600, escribió que durante la restauración de la basílica había abierto el sarcófago de santa Cecilia y la había encontrado incorrupta y en la misma posición descrita por el papa Pascual.
Sfondrati mandó al escultor Stéfano Maderno (1576-1636) esculpir una estatua de mármol jaspeado de la santa, que se encuentra colocada bajo un baldaquino dentro de la iglesia. La santa lleva en la cabeza un tocado que muestra su condición de noble romana. Una copia de la estatua se encuentra en las catacumbas, en el lugar en el que supuestamente fue enterrada.


Hoy quiero traerles a uno de ellos, por su frescura dada su juventud, su dedicación y su talento. Es un joven que además de su dedicación como músico reconocido, da clases a niños iniciándoles en este maravillosos Universo que comprende la música , abriendo la capacidad de abstracción de los pequeños, enseñándoles a apreciar esos sutiles detalles que no están al alcance del resto de mortales.Les enseñar a desarrollar sus potenciales y sobre todo la sensibilidad.
Este joven es Jorge Belda Garrigós.








Desde muy niño interesado por la música y por todo lo que la rodea.
Ha ocado con diferentes formaciones orquestales tanto en toda la geografía de España como en Europa (Francia, Holanda, Bélgica, Austria)

Orquesta Nacional de España, Orquesta sinfónica de las Palmas, Orquesta de Radio y Televisión Española, Orquesta Sinfónica de la Catedral de Madrid, Orquesta y coro del festival Vía Magna, Orquesta de cámara de Tui, orquesta clásica, sinfónica y barroca del conservatorio Superior de La Haya, Orquesta clásica y sinfónica Freixenet (Reina Sofía), Orquesta clásica Santa Cecilia, Orquesta Filarmonía, European Royal Ensemble, Rotterdam Young Philarmonic, Amsterdam Symphony, bajo directores como Jac Van Steen, Josep Ponds, Neemi Jarvi, Antoni Ros Marbá, Walter Weller, Adrian Leaper, Frans Brugen, Leon Spierer, Vasily Petrenko, Vladimir Askenasy, Luca Pfaff , George Pelivanian y Gunter Herbig.



Desde sustimos años de estudio se interesaor la música comtemporanea tocando con el Royal ensemble de música contemporánea del conservatorio de La Haya, y Orquesta SIC participando en el festival de música contemporánea de Murcia, COMA, instituto Cervantes de Paris, y hacolaborado con el grupo Dhamar bajo la dirección de maestros como Sebastián Mariné, Steve Reich.
Hace apenas un par desemanas pudimos disfrutar de su música en el espectáculo “FROZEN” que tuvo lugar en el Palacio de los Deportes de Madrid.
Este viernes Volverá a deleitarnos en el Auditorio para todos aquellos que quieran a las 22.30h.
Sin duda posee unas manos mágicas con su Viola.
No duden en ir, porque verdaderamente merece la pena

Comentarios

  1. Un precioso y detallado artículo sobre Santa Cecilia, me ha gustado mucho y he aprendido cosas que desconocía de su vida.
    Enhorabuena también a Jorge Belda por su labor musical.
    Un saludo a todas aquellas personas que de una y otra manera su vida gira entorno a la música
    Feliz día de Santa Cecilia

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  2. Gracias a ti por leer y ser seguidor del blog y espero sigas leyendo todo cuanto edite

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