Puentes romanos en la sierra de madrid
Buenos días mis queridos lectores. Hoy os traigo recorrido por la sierra de Madrid, zona de la Fuenfria...como apasionada del arte, quise mostraros alguno de los muchos vestigios del imperio Romano que aún se mantienen en pie en la Comunisad de Madrid. Dignos de ser conocidos, visitados y cuidados.
Calzada Romana LA CALZADA ROMANA DE CERCEDILLA
está situada en la parte más septentrional del Valle de la Fuenfría, y aunque en la mayor parte de su trazado coincide con la actual carretera. M-966, sobrepuesta a la misma, todavía quedan diversos tramos visibles a lo largo de una longitud de 2,25 km. Aproximadamente. Estos restos arrancan al poco de pasar el puente de la Venta, en el margen derecho de la carretera frente a la finca Montesclaros, aunque no se hacen reconocibles hasta poco antes de llegar al puente del Descalzo, donde ya pueden apreciarse algunos trechos enlosados que -una vez atravesado- cobran continuidad hasta llegar a las cercanías del Chalé de Peñalara, donde se pierde la pista en el cruce con la vereda forestal para reaparecer poco después, continuando hasta superar el puerto de la Fuenfría en el límite del término municipal, prolongándose aún más allá, en la provincia de Segovia.
Los restos visibles consisten en un camino empedrado muy mal conservado, con una ancho variable -resultado de sucesivas reformas y ampliaciones- entre los 3,5 y los 14 m., y cuya construcción, aunque no presenta las capas superpuestas de las calzadas romanas canónicas ("statumen" de grava seca, "rudus" de hormigón de cal, y "summa crusta" o capa de rodadura formada por losas con la cara superior lisa) está muy cuidadosamente ejecutada, pudiendo parangonarse con la de otras vías de la época estudiadas. Primero se excavaron las tierras hasta encontrar una capa dura de cimentación sobre la que se preparó un lecho de apoyo formado por arcillas y pequeñas piedras recogidas "in situ", en el que se asentaron grandes bloques irregulares de granito y "gneiss" - con un espesor medio de 20 cm- formando tres nervios longitudinales: dos laterales y uno central, que a veces se cruzan con otros transversales, rellenándose las bandas y recuadros resultantes con piezas de menor tamaño, igualmente hincadas.
En concordancia con el antiguo trazado de la calzada se levantan cuatro puentes, llamados del Reajo o del Molino, de la Venta, del Descalzo y de En medio- que salvan en sucesivos puntos el río de la Venta.
Puente del Molino o del Reajo
Puente del Descalzo
Una característica común a todos estos puestos, pero especialmente pronunciada en los del Descalzo, de Enmedio y del Molino, es el esviaje de las bóvedas de soporte, notablemente sesgadas con respecto al río para suavizar los quiebros de la calzada que los cruza oblicuamente. Durante mucho tiempo los historiadores especularon sobre cuál fue el puerto utilizado por los romanos para atravesar la Sierra: Navacerrada, Guadarrama o la Fuenfría, ya que la descripción del tramo Titulcia-Miacum-Segovia, correspondiente a la vía núm. 24 de Mérida a Zaragoza contenida en el Itinerario Antonino -una recopilación de todas las vías del Imperio realizada en el siglo III bajo el mandato de Diocleciano-, no permitía localizarlo con seguridad. Pero la aparición en 1910 de un miliario romano -conservado en el Museo Arqueológico Nacional- junto al puente de la Venta, despejó todas las dudas al respecto, aunque planteó una serie de nuevas incógnitas, consistiendo la primera en datar la fecha de construcción inicial de la calzada. Blázquez dio una solución satisfactoria al descifrar la inscripción casi ilegible del miliario: VSPNL QILV - CIDII D. AUG. TRIB. -C. .VII...., que interpretó como correspondiente al séptimo consulado del reinado de Vespasiano, lo que permite dar la calzada en los años 76-77 del d. I d.C., opinión generalmente admitida, aunque Fita retrasa las obras hasta tiempos de Trajano.
Puente de En medio
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