FILLABOA 1898
Este es un albariño de edad mantiene el espíritu
fresco y aventurero de los jóvenes, pero aporta la complejidad y elegancia de
los grandes vinos blancos. Procede de las diferentes parcelas que conforman el
Coupage de Fillaboa. Estas cepas crecen en suelos que confieren a este vino ese
carácter atlántico que es capaz de transportarles a un viaje marítimo de muchas
millas rumbo al nuevo continente digno heredero del” vino del Condado de la
Fillaboa”.
Fillaboa 1898 me
lleva de viaje,en la aventura de aquellos
gallegos que cruzaron el Atlántico en busca de fortuna lo llamados “indianos”.Aquellos
que regresaron a finales del siglo XIX y principios del XX tras hacer fortuna
en “ las Américas”.
Me lleva a contemplar las casonas coloniales que pueblan las
zonas altas de ciertos pueblines de Galicia...donde preciosos y señoriales
faros de recio porte vencen el viento que llega del Atlántico sorteando las
Cíes para azotar la costa de Baiona....
Este Albariño 100%
nos habla de la historia de un viaje..De como viajó en barricas de Roble hasta las costaa Cubanas donde se serviría en casas nobles desde Viñales,Santiago e incluso en los amaneceres del mismísimo Hotel Nacional frente al Malecón.. Del viento en la cara de inflar las
velas para llegar más aprisa a puerto, de recoger foque y plegar la mayor. Me
recuerda a las maderas nobles que tapizan la cubierta de un velero..
Es un vino muy especial. El aroma va a más y tiene una gran potencia en boca.
Tiene notas de fruta tropical, fruta del Caribe que nos evoca aún más aquellos
años donde no había temor al inicio de una gran Empresa y volver para contarlo.
Pese a que cuando cato este vino, intento no separar los
pies del suelo. La potencia de sus aromas hacen que sin pretenderlo sienta como
las yemas de los dedos se despegan poco a poco del terrenal apoyo donde me
encuentro en ese instante.
Creo que las lías hacen un magnífico trabajo imprimando carácter y aportando la redondez que confieren a este
vino la grandeza de los más grandes vinos de España.
Aquel viaje debió ser sumamente emocionante y cargado de
emociones ya que 121 años después de aquel Condado de Fillaboa viajero, sigue
aportando reminiscencias de tal evento que marcó a la Bodega y a la elaboración
de este un Gran vino.
Les invito a sentir, a emocionarse con él, a vivir, y a
despegar los pies del suelo y flotar si así les nace, tantas veces como sorbos
sean capaces de degustar. Les recomiendo que caten menos, y disfruten más, y
éste si es en la mejor de las compañías, tanto mejor.
Aquellos que me
conocen de sobran saben que mis notas de cata son peculiares, ya que no busco
nada en un vino salvo que sea capaz de emocionarme y enamorarme. Si me hace
sentir , si me hace soñar, si me evoca recuerdos y los diferentes matices que
encuentro sin buscarlos me llevan al motivo por el que un día un enólogo, o una
familia decidió elaborar ese vino que hoy soy yo quien lo disfruta, entonces y
solo entonces, todo ello cobra sentido… es magia auténtica ¿no creen?.
Ante todo expresar mi agradecimiento personal a Bodegas Masaveu, especialmente a D.José Masaveu como Director General de Masaveu Bodegas.
Gracias por permitirme elaborar esta cata de Emociones con este vino concretamente , ya que me apetecía especialmente por la carga emocional e histórica que tiene y que a ambos tanto nos gusta.
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