Sopa de ajo
- SOPAS DE AJO* EN NOCHE DE ÁNIMAS ! - ¿ TE ANIMAS ?
No vamos a entrar hoy aquí en disquisiciones sobre si a esta sopa se la debe llamar castellana ni sobre cuál sea la auténtica receta de las sopas de ajo. De hecho, mi abuela me contaba que en los años del Spain is different, con Manuel Fraga como Ministro de Información y Turismo, se optó por llamar Sopa Castellana a lo que en realidad era una variante de Salamanca que llevaba jamón y un huevo casi frito por encima que daba cierta cosa.... Y fue esa versión la que se oficializó en nuestros Paradores.
Por aquellos tiempos y según mi abuela, por aquí, a aquella sopa se la llamaba Sopa de Ajo sin más y cada cual la hacía a su manera. Por otro lado, tampoco es cuestión de ponernos muy gallitos pues lo de echar ajo al agua no es exclusivo nuestro y hoy sabemos que incluso en el sur de Francia, en Provenza, cocinan unas exquisitas soupes à l´ail, allí llamadas Aïgo Boulidou.
Y para mayor redundancia de lo dicho tengo que reconoceros que mi sopa de ajo favorita lleva tanta impronta de la receta de mi abuela como de truquillos versionados con posterioridad
Así pues, frente a los que en un alarde de nula originalidad nos quieren imponer las celebraciones del Halloween yankee y frente a aquellos otros que, como los de la página de los cántabros, nos quieren imponer lo de las velas en la calabaza a lo que ellos llaman Samuin o Sanhaim ( su colonización y acomplejamiento hacen que todo haya de pasar por el filtro celto británico ) olvidando que esta costumbre era y mucho más común en los pueblos del Sistema Ibérico en general. Frente a ello, digo, os propongo esta otra celebración, mucho más sencilla, verídica y nuestra que consiste en transformar unos miserables cachos de pan duro, unos ajos, aceite y un poco de agua en una auténtica maravilla gastronómica. Ahí va mi receta !
INGREDIENTES :
- pan de hace 3 días
- panceta adobada
- unas rodajas de buen chorizo
- 1 cabeza y media de ajos
- 2 huevos
- aceite de oliva
- pimienta
- pimentón
- laurel
- agua
PREPARACIÓN :
Cogemos una cazuela, a ser posible de barro, y añadimos una cucharadita de aceite de oliva, el laurel, la pimienta, panceta en trozos no muy grandes, y el chorizo ( en su defecto un poco de pimentón ).
Al cabo de un rato echamos los ajos pelados, reservando unos pocos para más tarde. Cuando los ajos estén dorados añadimos el pan y lo rehogamos un buen rato, moviendo continuamente con una cuchara de palo.
Una vez que esté todo rehogado echamos el agua y un poco de sal y lo dejamos cocer a fuego lento. Mientras tanto, en una sartén, rehogamos en aceite los ajos que previamente habíamos apartado junto con una cucharada de pimentón y después añadimos a la cazuela. Mezclamos todo bien y retiramos del fuego.
Ahora batimos dos huevos y cuando la temperatura de la sopa haya bajado un poco les vertemos muy lentamente a la cazuela.
A mi le gustaba colar la sopa con el pasapurés y luego añadir algún trozo de pimiento verde. Ya ves que en esto no hemos seguido su técnica. Si embargo sí que hemos seguido la buena costumbre de mi abuela consistente en echar bastante jamon en taquitos
Al principio, cuando echamos los ingredientes a la cazuela, podemos añadir también un poco de tomillo, el resultado será de lo más campestre.
Y esta fría noche, tras repetir y haberte tomado dos platazos de esta divina sopa estarás más que capacitado para ver desfilar delante de ti a todas las ánimas del purgatorio, a todas las ánimas en pena e incluso a la Santa Compaña, que a ti te va a dar igual.
Para maridar este plato,nuestro asesora en vinos Eva GarBar nos recomienda un tinto de la tierra.
De Ocaña. Toques especiados. Un vino especiado con fruta roja como arándanos y grosella ácida, envueltas en un fino tostado que lo hacen ideal para este plato.
Perfecto para ensalzar el sabor de la receta.
MQV. el Señorito 2013
Con 90 Pk
PvP 18,25€
No vamos a entrar hoy aquí en disquisiciones sobre si a esta sopa se la debe llamar castellana ni sobre cuál sea la auténtica receta de las sopas de ajo. De hecho, mi abuela me contaba que en los años del Spain is different, con Manuel Fraga como Ministro de Información y Turismo, se optó por llamar Sopa Castellana a lo que en realidad era una variante de Salamanca que llevaba jamón y un huevo casi frito por encima que daba cierta cosa.... Y fue esa versión la que se oficializó en nuestros Paradores.
Por aquellos tiempos y según mi abuela, por aquí, a aquella sopa se la llamaba Sopa de Ajo sin más y cada cual la hacía a su manera. Por otro lado, tampoco es cuestión de ponernos muy gallitos pues lo de echar ajo al agua no es exclusivo nuestro y hoy sabemos que incluso en el sur de Francia, en Provenza, cocinan unas exquisitas soupes à l´ail, allí llamadas Aïgo Boulidou.
Y para mayor redundancia de lo dicho tengo que reconoceros que mi sopa de ajo favorita lleva tanta impronta de la receta de mi abuela como de truquillos versionados con posterioridad
Así pues, frente a los que en un alarde de nula originalidad nos quieren imponer las celebraciones del Halloween yankee y frente a aquellos otros que, como los de la página de los cántabros, nos quieren imponer lo de las velas en la calabaza a lo que ellos llaman Samuin o Sanhaim ( su colonización y acomplejamiento hacen que todo haya de pasar por el filtro celto británico ) olvidando que esta costumbre era y mucho más común en los pueblos del Sistema Ibérico en general. Frente a ello, digo, os propongo esta otra celebración, mucho más sencilla, verídica y nuestra que consiste en transformar unos miserables cachos de pan duro, unos ajos, aceite y un poco de agua en una auténtica maravilla gastronómica. Ahí va mi receta !
INGREDIENTES :
- pan de hace 3 días
- panceta adobada
- unas rodajas de buen chorizo
- 1 cabeza y media de ajos
- 2 huevos
- aceite de oliva
- pimienta
- pimentón
- laurel
- agua
PREPARACIÓN :
Cogemos una cazuela, a ser posible de barro, y añadimos una cucharadita de aceite de oliva, el laurel, la pimienta, panceta en trozos no muy grandes, y el chorizo ( en su defecto un poco de pimentón ).
Al cabo de un rato echamos los ajos pelados, reservando unos pocos para más tarde. Cuando los ajos estén dorados añadimos el pan y lo rehogamos un buen rato, moviendo continuamente con una cuchara de palo.
Una vez que esté todo rehogado echamos el agua y un poco de sal y lo dejamos cocer a fuego lento. Mientras tanto, en una sartén, rehogamos en aceite los ajos que previamente habíamos apartado junto con una cucharada de pimentón y después añadimos a la cazuela. Mezclamos todo bien y retiramos del fuego.
Ahora batimos dos huevos y cuando la temperatura de la sopa haya bajado un poco les vertemos muy lentamente a la cazuela.
A mi le gustaba colar la sopa con el pasapurés y luego añadir algún trozo de pimiento verde. Ya ves que en esto no hemos seguido su técnica. Si embargo sí que hemos seguido la buena costumbre de mi abuela consistente en echar bastante jamon en taquitos
Al principio, cuando echamos los ingredientes a la cazuela, podemos añadir también un poco de tomillo, el resultado será de lo más campestre.
Y esta fría noche, tras repetir y haberte tomado dos platazos de esta divina sopa estarás más que capacitado para ver desfilar delante de ti a todas las ánimas del purgatorio, a todas las ánimas en pena e incluso a la Santa Compaña, que a ti te va a dar igual.
Para maridar este plato,nuestro asesora en vinos Eva GarBar nos recomienda un tinto de la tierra.
De Ocaña. Toques especiados. Un vino especiado con fruta roja como arándanos y grosella ácida, envueltas en un fino tostado que lo hacen ideal para este plato.
Perfecto para ensalzar el sabor de la receta.
MQV. el Señorito 2013
Con 90 Pk
PvP 18,25€
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