VISITA AL DUX
Buenas tardes Mis queridos lectores:
Ante las numerosas peticiones y mensajes por privado que me estais haciendo desde hace un par de meses, he de deciros oficialmente que muy pronto tendreis mi primera novela completa a la venta.
Mucho esfuerzo, sufrimiento y experiencias personales, me han llevado a tomar esta decisión, contando con el apoyo incondicional de mi compañero de vida, y deseando que sea de vuestro agrado.
Espero que este aperitivo así lo demuestre y sigais tan " enganchados" a la historia de Marie y Piero y a los descubrimientos que harán, así como a la apasionante historia del señor Seignalt.
Espero disfruteis y os rogaria realiceis comentarios en la parte inferior habillitada para ello.
Muchísimas gracias a todos !!!
CAPITULO IV: VISITA AL DUX
El día había amanecido
soleado. Giacomo se despertó en su cama sin deshacer y con la ropa del día
anterior. Despedía aún un ligero olor a tasca y vino. Recordó su encuentro con
Marco y la conversación que mantuvieron. Inmediatamente le llegó a la mente la
imagen de ella, de Adrianna, su perfume, su pálida tez y el olor de sus
cabellos, incluso el suave tacto de su piel al asir su mano durante el saludo
de presentación.
Giacomo recordó de repente
que tenía audiencia con el Duche y que por la altura del sol , se le hacía un
poco tarde. Se aseó lo más rápido que pudo y salió a la calle caminando con
paso acelerado sin detenerse. Atravesó la Piazza San Marcos y avistó frente a
él la entrada principal del Palacio Ducal.Se presentó al guardia que escoltaba
la puerta y subió la escalinata hasta el
despacho privado ,donde aguardaba su Excelencia el Dux.
-
Buenos
días amigo Seingalt. No se quedó mucho en la fiesta de anoche.
-
No,
Excelencia. Estaba realmente muy cansado por el viaje, pero me sentí muy
honrado por su invitación.
-
Giacomo,
no podemos demorarnos en el asunto que le trae hasta aquí , pues he de recibir
al futuro esposo de mi ahijada, que como bien sabe, llega hoy al puerto de la
ciudad.
-
Desde
luego Señor. Bueno el asunto que me trae es un negocio que podría beneficiarnos
a ambos y a la ciudad de Venecia. Quiero establecer una ruta comercial
permanente desde Venecia hasta Napoles.
-
¿
Permanente dice?
-
Sí
Excelencia. Permitiría comunicar ambas ciudades y que cada una de ellas pudiese
tener lo mejor de la otra, es decir, una ruta comercial en la que se
estableciera un correo de mercancía, bien de envíos fijos y para venta a
comercios. También se admitirían los envíos que se realizaran fuera de estas
ciudades pero cuyo destinatario fuesen las mismas.
-
Interesante.
Y ¿ de cuánto capital estamos hablando? ¿cuánto necesitaríais?
-
Lo
único que necesito es el mejor navío del que disponga.
-
Es
curioso que me propongais este negocio precisamente hoy.
-
¿
Por qué decís eso Señor?
-
Muy
sencillo querido amigo. Porque el mejor navío de la flota Ducal llega hoy a
puerto al mando del prometido de Adrianna. No habrá problema si es eso lo que
deseais, puesto que he ofrecido a éste un puesto como Consejero personal mío.
-
Excelente,
Señor. Como dispongais.
-
Pues
no hay más que hablar. Cerraremos los detalles después de los esponsales de mi
ahijada y Filippo Di Breda.
-
Así
será pues.
Realizó una reverencia y
abandonó la sala del Despacho personal del Duche. Salió apresurado y se dirigió
a la tasca donde la noche anterior había conversado con Marco. Vio a su paso a
un muchacho desaliñado pidiendo en la puerta de un taller de orfebrería y se
acercó a él. Depositó en su mano una moneda y le encargó buscase a Marco.
Recibiría tres más como esa cuando llegase con él.
Marco tardó en llegar a la taberna
alrededor de media hora. Era casi medio
día. Se sentó al lado de su amigo y le miró a los ojos.
-
¿qué
urge tanto para que mandes a buscarme?
-
No
queda tiempo . Filippo Di Breda debe estar llegando en este momento a puerto. A
partir de ese momento Adrianna estará vigilada por él y sus damas de compañía
casi permanentemente. Será imposible llegar hasta ella.
-
Sí
que has envejecido. Antes “ imposible” no existía, ¿ recuerdas?.
-
Bueno,
no seas socarrón. Estoy hablando en serio. Si te he mandado llamar es para que
me ayudes, no para que te mofes de mí.
-
¡Ma
Dio! , si que te ha dado fuerte. Dijo Marco moviendo su mano derecha con
grandes aspavientos, de forma cómica. Muy teatral.
-
Mira,
he dicho que esa dama será mía y así será.
-
Como
diga su Excelencia el Conquistador.- Apuntó Marco con aire jocoso.
-
Como
su futura esposa, estoy seguro acudirá e recibirle como merece ¿ no crees?.
Vamos pues.
El Puerto de la ciudad
estaba lleno de comerciantes, vendedores y personajes de lo más variopinto,
además de una numerosa comitiva, y la guardia del Palacio Ducal. También entre
las damas presentes se encontraba ella, como bien dijo Giacomo.
Éste se situó lo más cerca
de ella que le permitieron los guardias, hasta que fué el propio Duche el que
al verle indicó a sus guardias con las
manos que le permitieran pasar hasta llegar donde él se encontraba.
-
Mi
buen amigo, nos vemos dos veces en el mismo día.
-
Disculpe
su Excelencia, pero pensé venir cuando vos mismo me comunicó que era este navío
que podría Capitanear . La curiosidad me cegó. Ruego me Disculpe de nuevo.
-
De
ninguna manera. Ha hecho bien. Es hermoso, fuerte y será suyo después de hablar
con Filippo. No creo que ponga objeción máxime si le expreso que es mi deseo.
-
Me
gustaría Señor, si me lo permitís , poder saludar al Señor Di Breda
personalmente.
-
Desde
luego.
-
Aprovecharé
la ocasión para felicitarle por su enlace.
-
Que
detalle. Por cierto , mi ahijada se encuentra también aquí.
-
Desde
luego. Ruego me disculpeis , no la he saludado. Apenas la ví un momento en la
fiesta de ayer y me parece que hay demasiada gente aquí. ¿no cree Señor?
-
Llevais
toda la razón. La haré llamar para que podais conversar con ella un momento. Es
demasiado joven y se aburre sobremanera entre las “ alcahuetas” de la corte.
Son todas demasiado viejas y ajadas en todos los sentidos. En definitiva , está
harta de andar entre ancianas que la enseñan cómo ser la esposa perfecta y la
mejor anfitriona, y aunque no digo que no sea importante menester, creo que su
juventud se marchitará. El consuelo que me queda es saber que al desposarse su
único deber será concebir pronto.
-
Sí
claro.-Miró Giacomo al Duche con recelo e incredulidad. Veía a su sobrina como
una coneja o mero recipiente de contención de niños. Un objeto de procreación.¿
Y la felicidad?¿ Y el disfrute carnal? Se preguntaba Casanova. Ahora más que
nunca la haría suya. Le haría sentir todo eso que no iba a tener con aquel
seboso ajado por la edad. Quien desearía tener un esposo añoso a los diecinueve
años, por el amor de Dios. Solo pensar que la postraría contra la cama y la
montaría de espaldas como a una mula, le ponía enfermo.
Adrianna era una autentica
damita con un cuerpo que se insinuaba espectacular, con una delicada piel y un
cabello suave, que aunque llevaba recogido en la nuca, se percibía largo y
sedoso, nada propio para el tacto y las manos de aquel patán.
Giacomo había examinado el
cuerpo de aquella mujer más de una vez. La forma de las manos, el delicado
rubor de sus mejillas, sus carnosos labios hechos sin duda para pecar.
Cualquier hombre querría conocer los placeres de la carne con ella, cualquiera
menos Filippo Di Breda.
Casanova dejaría de ser él
mismo si no conseguía su objetivo, pensaba para sí.
-
Señora,
dijo él tomando su mano.- Disculpe mi atrevimiento si le digo que es un placer
tener frente a mis ojos a la mujer más bella que he visto hasta el momento.
-
Gracias
Señor Seingalt.- se ruborizó inmediatamente e intentó respirar más profundo
pero el corsé bajo su pesado vestido no le permitía tal cosa.
-
Veo
que recordais mi nombre. Me halaga sobremanera. Quisiera aprovechar el momento
para desearle un feliz matrimonio.
Adrianna
soltó su mano de la de Giacomo delicadamente pero flaccida, denotando así su
desacuerdo. Bajó la mirada y Giacomo se apresuró a preguntarle qué le sucedía.
Hablaron muy poco pero por alguna razón , la joven confió en él, un completo
desconocido, pero algo dentro de ella le invitó a abrirse sin demasiado
atrevimiento, lo justo para contarle parte de lo sucedido. Le explicó que era
un matrimonio de conveniencia y que no podía contradecir la orden de su tío el
Duche.
-
Lo
comprendo, - se acercó un poco más a ella y casi como un susurro le dijo:
Confía en mí. La miró
fijamente a los ojos y aprovechó para denotar su interés por ella y desplegar
sus artes como seductor. La tomó de la muñeca y le dijo: - Estaré a las ocho en
la esquina de la Catedral. Necesito hablar a solas con vos.
-
Está
loco, jamás lo haré. Le recuerdo Señor Seingalt que estoy prometida y que aquel
hombre que se acerca hacia aquí será mi esposo pasado mañana.- dijo adquiriendo
porte y tono muy digno.
-
Puede
llamarme Giacomo, y sí vendrá. Puedo percibir su respiración entrecortada y
latir su corazón más aceleradamente de lo que jamás lo hizo. ¿ Me equivoco
Señora?.
Giacomo la besó en la mano
y clavó en ella unos inmensos y profundos ojos azules.- Le aseguro que ha sido
un placer-. Se despidió de ella y se marchó sin esperar a Filippo.
Marco le aguardaba en su
lugar de reunión habitual, la tasca de Tomasso, un antiguo marinero retirado
que cambió las redes por la cerveza y las cubas de vino y ron.
Giacomo le contó a Marco
que había citado aquella noche a Adrianna.
-
Estas
loco . Si te pescan, toda la guardia de Palacio y el despechado marido se te
echarán encima como perros hambrientos para despedazarte.
Si, pero esta noche
será mía
Esa noche será suya! Me encanta el capítulo y la mezcla de novela histórica con una historia de amor.
ResponderEliminarEs un fragmento del capitulo...la parte mas interesante y visceral OS aguarda en el libro!
EliminarY el resto? A ver, quiero el siguiente capítulo, no me puedes dejar sin saber si ella va a la cita o no....
ResponderEliminarTienes los 3 capítulos previos aquí en el Blog... Y muy pronto podrás leer toda la historia completa.me alegro te haya gustado!...espero tengas ganas de tener el libro
EliminarAmores prohibidos...deseos ocultos.
ResponderEliminarMuy interesante...compraré la novela!
Muchísimas gracias!
EliminarAmores prohibidos como sucede en nuestros días.
ResponderEliminarPreciosos relato, como siempre partiendo de su mano al plasmar en estas líneas, la pasión, el amor, el deseo, la vida!
Deseando tener su novela pronto en mis manos.
Todo un placer para los sentimientos.
Le deseo lo mejor en su andadura.
Reciba mi más cordial saludo.
Muchísimas gracias de corazón.. Espero y deseo que así sea y pronto esté en el mercado
EliminarAmores prohibidos como sucede en nuestros días.
ResponderEliminarPreciosos relato, como siempre partiendo de su mano al plasmar en estas líneas, la pasión, el amor, el deseo, la vida!
Deseando tener su novela pronto en mis manos.
Todo un placer para los sentimientos.
Le deseo lo mejor en su andadura.
Reciba mi más cordial saludo.
Prometedora historia. Seguro que me va a encantar.
ResponderEliminarEres una caja de sorpresas compañera!
Gracias de todo corazón. Se intenta llevar a cabo un sueño...y conseguirlo es el siguiente paso!
EliminarEnganchadisima a esta novela y deseando leer el libro completo,mi más sincera enhorabuena,me parece brillante este trabajo y me quedo con ganas de mucho más.
ResponderEliminarGracias. Es una novela muy documentada...pero lo importante para mi son las SENSACIONES que hace vivir a quien lo esta leyendo
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDeseando "devorar" el libro completo. Lo que te propongas mi niña!!
ResponderEliminarPonga un Casanova en su vida. Ni que decir tiene que la ragazza cae!!! Lo que hay que saber es cómo y las consecuencias. En tus manos estamos. Ojalá podamos leer pronto el resto del libro.
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